14 junio 2023

Helocast

 Francisco Francés Torrontera, redactor, fotógrafo, freelance, fotografía, ejércitos, aeronáutica, helicópteros, operaciones especiales, defensa, ejércitos,

A pocas semanas para su finalización, el Curso de Operaciones Especiales realizó el pasado día 8 de junio un training Helocast en colaboración con el Batallón de Helicópteros de Maniobra III (BHELMA III) de las Fuerzas Aeromóviles del Ejército de Tierra (FAMET), que desplegó uno de sus HT-29 Sarrio hasta el pantano de El Grado en la provincia de Huesca. Es en esta localidad donde la Escuela Militar de Montaña y Operaciones Especiales (EMMOE) lleva a cabo esta instrucción que se enmarca dentro de la fase de agua del curso.

Desde inicios de este siglo XXI el término anglosajón Helocast se fue incorporando al lenguaje de nuestras Unidades de Operaciones Especiales (UOE) que lo utilizan para designar el tipo de maniobra en el que, unidades de diferentes entidades (equipos, patrullas, pelotones), se infiltran y exfiltran en una zona determinada saltando desde un helicóptero a baja altura bien en aguas interiores, o bien en zonas de costa.

Sin pretender ser este un texto detallado de los procedimientos Helocast, sino más bien un acercamiento simple a las diferentes técnicas que se realizan en el mismo, explicaré de forma resumida aquellas más extendidas y conocidas.

Entre las capacidades atribuidas a las UOE está la de realizar infiltraciones y exfiltraciones sobre territorio enemigo para, posteriormente, ejecutar el tipo acciones que requiera la misión. Para ello el uso de vías fluviales interiores y de aguas costeras proporciona una velocidad, flexibilidad y sigilo que ha favorecido su explotación con diferentes medios, generando nuevas doctrinas que han llevado a perfeccionar los métodos para realizar operaciones desde estos entornos. Para llevar a cabo estas operaciones en agua existen varias técnicas, comenzando con la más básica en los que los operadores realizan su movimiento nadando en superficie. También se pueden ejecutar utilizando botes sin motor, con motor, o combinando estas técnicas mediante el Helocast.
La utilización de un método u otro vendrá determinado una vez que los equipos operativos hayan analizado la misión, examinado el objetivo y estudiado las zonas de desembarco. A eso hay que sumarle factores como son la hidrografía de la zona, las corrientes, la vegetación del lugar, las mareas si se opera en zona de costa, la situación del enemigo en el momento de iniciar la operación, las ayudas a la navegación que se dispongan, la distancia al punto de desembarco y, por último, se deberá establecer la vía de salida del objetivo. Con todo esto la planificación intentará seleccionar una ruta que aproveche el terreno accidentado y normalmente inaccesible para disminuir la posibilidad de detección por parte del enemigo, aumentando el efecto sorpresa y la ventaja que ofrece la iniciativa.



HELOCAST
El Helocast puede ser un medio efectivo para llevar a cabo las mencionadas operaciones de infiltración y exfiltración de equipos, aprovechando las especiales capacidades de vuelo del helicóptero que le permiten volar bajo, lento y hacer estacionario, además de aportar rapidez en los desplazamientos y salvar el terreno y la orografía para poder posicionar a las UOE tras las líneas enemigas.
El vuelo bajo, siguiendo el perfil del terreno para ocultarse y apantallar el ruido de rotores y motores, unido a las diferentes capacidades de carga de los distintos modelos de helicóptero, hacen de este medio y del equipo operativo de OE un binomio perfecto para este tipo de operaciones.
El tipo de misión será la que determiné la entidad de fuerza requerida para llevarla a cabo, lo que se traduce en la necesidad de infiltrar/exfiltrar solo hombres, u hombres con embarcaciones.

En el primero de los casos los operadores, llegado a la zona de salto y con el helicóptero a una velocidad aerodinámica no superior a 10 nudos y una altura de unos 15-20 pies, saltarán del aparato con su equipo individual e iniciarán a nado y de forma autónoma el movimiento hasta el objetivo.
En el segundo de los casos, operación con embarcación, es fundamental contar con el tipo de helicóptero que disponga de capacidades para poder helitransportar los modelos de embarcaciones con los que están dotadas las UOE. En función del tipo y la condición en la que se transporta dicha embarcación, existen técnicas diferentes para llevar a cabo el Helocast.

  
 
 

  

Si el operativo cuenta con helicópteros en los que resulta imposible transportar la embarcación inflada, la operación es denominada Rolled Duck. En este caso se vuela con ella en el interior del aparato, desinflada y totalmente enrollada, lo que significa que los operadores una vez lanzada y en el agua, deberán inflarla utilizando bombas de hinchado.
Si por el contrario se dispone de un helicóptero con capacidad para transportar la embarcación parcialmente inflada, la maniobra es conocida como Soft Duck. Igual que en el caso anterior, los operadores utilizaran bombas una vez en el agua para inflar completamente la embarcación, con la diferencia en este caso de que el tiempo invertido en la maniobra será menor.

  
 


Y, por último, si la misión se realiza con un helicóptero cuyas capacidades permitan helitransportar la embarcación en condiciones operativas y lista para navegar en el momento de llegar al agua, la maniobra se conoce como Hard Duck. El lector habrá podido ver en alguna ocasión como las embarcaciones son lanzadas por las rampas traseras de helicópteros Chinook, o también desde la parte inferior de aparatos modelo H-60 de algunas unidades de helicópteros de OE del US Army y la USAF.

 
       

Como vemos, la cosa va de patos. Acertado el nombre asimilado a esta ave acuática.

Todas las misiones tienen un principio y un fin y como no podía ser de otra manera, el equipo operativo necesitará ser “sacado” de Zona, y puede tener que realizarse la operación también desde el entorno acuático. Para ello el Helocast tiene varias técnicas que permitirán recuperar solo hombres, o los hombres con su embarcación.
Si el equipo se recupera al punto de reunión nadando por sus medios y una vez el helicóptero los ha localizado, si la zona, las condiciones de la misión y la meteorología lo permiten, se exfiltrará ascendiendo mediante escala lanzada desde el helicóptero. Este medio requiere de una técnica depurada pues es sumamente exigente en términos físicos por varios motivos. Con el helicóptero en estacionario sobre el agua a 15 pies es necesario nadar con fuerza para colocarse bajo el mismo y salvar el rebufo que, debido a la velocidad/fuerza desplazará a los hombres lejos de la escala. Por otro lado, una vez alcanzada es necesario saber coordinar los movimientos de piernas y brazos para utilizar todas las extremidades por igual. Al ser una escala flexible lo normal es que doble a la altura de los pies lo que suele provocar que se “tire” de brazos para ascender. El peso del hombre, el de su equipo y el “añadido” de ir mojado pueden jugar una mala pasada con las fuerzas. Para evitar que la escala doble los hombres que permanecen en el agua la sujetan con fuerza para darle la mayor tensión posible durante el ascenso. Ayuda esta con la que no contará el último hombre que deberá poner a prueba la técnica aprendida.

 
 

  

Por otro lado, puede darse el caso que el punto de extracción se encuentre en una zona confinada con terreno o vegetación en los flancos, que impiden un estacionario bajo del helicóptero para recuperar al equipo mediante escala. En tal caso la técnica a usar pasaría por realizar un Spie-Rig que, en un entorno acuático se denomina wet-Spie. Una maroma enganchada al gancho varicéntrico, o a una instalación de anclaje colocada en la zona del gancho central en el caso del Chinook, o en los soportes especiales instalados en la bodega de carga del nuevo CH47 Foxtrot, sirve a los operadores para, mediante las equipaciones especiales de los operadores (chaleco), anclarse a la misma. Una vez asegurados a la maroma el helicóptero tomará la altura necesaria para sacarlos del agua, salvar todos los obstáculos de la zona y, controlando en todo momento una velocidad adecuada, "sacar" al equipo lo antes posible.

 

Pero si la misión se inició utilizando embarcaciones con las posibilidades que ya hemos visto en líneas superiores, en la exfiltración puede ser necesario tener que recuperar dichas embarcaciones y en este caso, es fundamental contar con helicópteros con capacidad para ello. Normalmente esta maniobra se realiza con helicópteros pesados CH-47 Chinook cuyas  especiales características, con su sistema de rotor en tándem y el trasero muy elevado,  permite la aproximación y embarque por su cola. Esto, unido a su capacidad de flotación (limitada) y de inundar parcialmente su bodega de carga, hacen posible el embarque directo a la misma con velocidad de navegación de la embarcación. Con el helicóptero en el agua a velocidad de 5-10 nudos, la rampa de cola sumergida y la bodega inundada parcialmente, el equipo accede directamente con su embarcación al interior del Chinook. Ni que decir tiene que esta maniobra es factible cuando los medios utilizados son tipo zodiac inflables cuyas dimensiones hagan posible esta maniobra.

 
 

Siendo esta la técnica más común para la recuperación con embarcación, existe una segunda para la exfiltración de equipos con lanchas rígidas de dimensiones superiores que solo realiza una unidad de helicópteros determinada. Se trata del 160 SOAR (Special Operations Aviation Regiment) del US ARMY cuya única misión, es la de apoyar a las UOE norteamericanas con sus helicópteros ligeros, medios y pesados. Su grado y nivel de instrucción y, sobre todo, sus medios, le hacen capaz de realizar infiltraciones/exfiltraciones con embarcaciones grandes y rígidas, utilizando sus helicópteros pesados Chinook MH-47G especialmente diseñados y adaptados para su misión de OE, siendo los únicos operadores de esta variante de helicóptero.
Para la infiltración el equipo operativo vuela a bordo del Chinook que, mediante carga externa helitransporta la embarcación con la que se va a llevar a cabo la misión. Una vez en Zona y con la misma todavía enganchada, los operadores descienden en fast-rope a través del túnel del gancho central hasta dicha embarcación que será desenganchada una vez todos ellos a bordo. A partir de ahí, cada parte del operativo a lo suyo.

Para la exfiltración, una vez en el punto de reunión en contacto con el helicóptero que los espera en estacionario, el propio equipo operativo que está instruido para ello, engancha la embarcación que opera con sus propias eslingas para, una vez estibada a los ganchos del aparato, recuperarse los operadores ascendiendo al helicóptero utilizando una escala a través del túnel del gancho central.

    

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