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13 marzo 2023

AUMENTO DE CAPACIDADES: CERTIFICACIÓN PARA EL TIRO DE PRECISIÓN DESDE EL NH-90

Francisco Francés Torrontera, redactor, fotógrafo, defensa, ejércitos, aeronáutica, helicópteros, operaciones especiales, freelance,

El trabajo conjunto que realizan las Fuerzas Aeromóviles del Ejército de Tierra (FAMET) y el Mando de Operaciones Especiales (MOE) se ve ahora potenciado con la certificación de procedimientos para la ejecución de tiro de precisión desde el helicóptero NH-90/HT-29 llevada a cabo durante los últimos días de febrero.

El tiro de precisión desde helicóptero es un procedimiento especial y como tal, previamente a la estandarización de esta maniobra es necesaria la elaboración de un protocolo de ejecución en el que recoger las normas de operación generales para trabajar con, y desde los diferentes modelos de helicópteros de dotación en las fuerzas aeromóviles.

Estas dos unidades de nuestro ejército tienen experiencia conjunta en el tiro de precisión desde helicópteros HU-21/HT-27 Super Puma/Cougar, que en su día también se inició con la elaboración y redacción de las normas operativas para el uso de estos dos modelos de helicóptero. Ahora, con la intención de aumentar las capacidades, y en el desarrollo de una nueva colaboración entre ambas unidades, se han elaborado las normas de operación que van a permitir la ejecución de fuegos de precisión desde el helicóptero HT-29 tanto en ejercicios de instrucción y adiestramiento, así como en operaciones reales bajo condiciones meteorológicas visuales y en los arcos diurno y nocturno.


La elaboración de la norma operativa no es sino la redacción de un documento en el que se aglutinan todos los aspectos técnicos importantes, tanto de configuración como de operación y limitaciones, que son necesarios para poder realizar la misión de forma satisfactoria y con los máximos niveles de seguridad y eficacia. Cada una de las partes aporta las experiencias propias que se unifican en una fase inicial denominada “en seco” tras la cual, se lleva a cabo una segunda fase de prácticas, vuelos y tiros necesarios con los que consolidar los procedimientos hasta ese momento elaborados.
En el desarrollo de esta norma se recogen, por un lado, las capacidades y limitaciones que tienen que ver con el ámbito aeronáutico es decir, las concernientes a la aeronave y su tripulación como son: la configuración del aparato, limitaciones de operación y tipos de maniobras cuyo estudio corresponde realizarlo al personal de las FAMET. Por otro lado, se recoge todo lo relacionado con las necesidades y requerimientos de/y para los tiradores de precisión a bordo y que comprende desde sus equipos y materiales específicos, distribución en cabina, seguridad para su ubicación y posición, hasta las comunicaciones y tipos de maniobra siendo en este caso el MOE el encargado de realizar el procedimiento requerido.


 

 
En el ámbito aeronáutico podemos destacar como datos importantes a recoger en el documento los relacionados con las prestaciones que ha de cumplir el helicóptero. Por un lado, se determina el peso máximo para realizar estacionario fuera del efecto suelo (HOGE), por otro la velocidad ascensional óptima a partir de una determinada velocidad inicial, y la velocidad de mejor tasa de ascenso con fallo de un motor (OEI) para vuelos diurnos. Por último, se calculan esos mismos parámetros para la ejecución de las operaciones en el arco nocturno con medios GVN.


Acerca de la configuración del helicóptero se redactan también las especificaciones que tienen que ver con las posiciones de tiro de los tiradores a bordo.
En función del tipo de misión, puede requerirse tener que instalar armamento de autoprotección en el aparato, lo que limitará el movimiento a diferencia de aquellas misiones en las que embarcan solo lo tiradores de precisión teniendo la cabina de carga diáfana. Para este caso se ha desarrollado el procedimiento determinando que se realizará el fuego desde la puerta opuesta a la que instala la ametralladora de autoprotección. El procedimiento será similar si la misión requiere realizar la inserción de equipos de OE´s utilizando los medios y sistemas para fast rope o rappel, ubicados en una de las dos puertas.
Respecto a las posiciones de tiro de los tiradores son dos las que se establecen en función de las necesidades de estos; sentado, y tendido pues la cabina del HT-29 es lo suficientemente amplia para poder ejecutar el tiro en esta última posición si no se instalan los equipos arriba mencionados.

Parte fundamental en el desarrollo de la norma es la relacionada con los tipos de tiro a ejecutar, que estarán determinados por factores como la situación táctica de la misión, el entorno y orografía sobre la que se lleva a cabo el vuelo, y las condiciones meteorológicas. Así pues, y atendiendo a los factores mencionados y a las necesidades de los tiradores, el tiro se contempla  ejecutarlo desde vuelo estacionario, en vuelo traslacional, en movimiento/traslación con guiñada de unos grados establecidos, lateral en traslación y, combinado entre estacionario y en movimiento.
Cada uno de estos procedimientos tiene sus ventajas e inconvenientes que han de ser estudiados previamente por la tripulación y el equipo de tiradores durante la preparación de la misión. Así pues, el tiro desde estacionario se realizará teniendo en cuenta las prestaciones de la aeronave y sus capacidades para poder realizarlo, la meteorología y, sobre todo y muy importante, el grado de vulnerabilidad al que se enfrentan en esta condición de vuelo. Por su parte y para el tirador, desde estacionario se le favorece que la adquisición de objetivos sea más larga y tranquila aumentando el grado de eficacia.

Respecto al tiro en movimiento o traslación, este lo determinan fundamentalmente las condiciones meteorológicas, la orografía y, sobre todo, la situación táctica de la misión a lo que se le añade el hándicap que implica el movimiento a la hora de hacer fuego. Por otro lado, el tiro traslacional con guiñada de los grados establecidos aporta las ventajas de superveniencia que proporciona el movimiento, favorece la efectividad del tiro pues evita al tirador modificar su posición respecto al blanco pero a su vez, le obliga a modificar el alcance según vaya acercándose al mismo.

Acerca de los dos últimos procedimientos establecidos, en el lateral el tirador sufre el problema inverso al sufrido en el de guiñada, ya que este debe modificar su posición según se avance lateralmente respecto al objetivo, pudiendo mantener por el contrario la distancia constante.

Y, por último, el tiro con vuelo combinado ofrece la seguridad del vuelo táctico oculto y protegido por el terreno, con la posibilidad de realizar frenados tácticos para detener el mismo y abrir el fuego bien antes de la parada completa, o bien una vez alcanzado el estacionario.  




 

Recogidos los procedimientos descritos hasta ahora, las siguientes materias que se regulan con la norma son las que tienen que ver con los equipos y materiales específicos para la misión y seguridad de los tiradores. En esta parte se detalla todo lo relacionado con las líneas de vida, anillo de seguridad, arneses, anillas, eslingas y cintas, bancos, sistemas de comunicaciones, y el procedimiento de supervisión y revisión de todo lo instalado. En base a las configuraciones disponibles en el HT-29 para el montaje de los sistemas de seguridad y líneas de vida, la tripulación y tiradores determinarán las instalaciones más adecuadas para que las posiciones de los tiradores cuenten con las medidas de seguridad necesarias, a la vez que se recoge también el detalle de montaje de los sistemas de apoyo de las armas y su colocación en el helicóptero. Hablamos de la utilización del puf como elemento de apoyo adicional para el tirador, y de las cintas colocadas en la puerta en forma de X, o los cordinos o cintas en V sobre las que reposar el arma.

 


   
La finalidad de una norma operativa es la de no dejar nada a la improvisación y consensuar los procedimientos para, en este caso, desarrollar misiones entre dos unidades distintas que se unen para llevar a cabo operaciones específicas. Para la ejecución de cualquier misión/operación militar el primer paso a dar es el de preparar dicha misión. Como parte fundamental, la norma recoge todos aquellos aspectos necesarios de valorar en la preparación y sus formas de estudio.
En lo que deberá ser un trabajo previo de gabinete realizado entre el comandante de aeronave y su tripulación y el/los tiradores de precisión, se estudia en detalle la inteligencia disponible acerca de los posibles objetivos y sus características, de tal forma que se puedan determinar distancias al blanco, vientos y ángulos de inclinación, así como las velocidades máximas y mínimas durante el vuelo, cambios de posiciones, zonas de seguridad o de posible apantallamiento, etc. Con este estudio realizado y comprobada la situación táctica de la misión será en un briefing final “bajo las alas” donde se recordarán los puntos específicos que todo el personal deberá conocer antes de dar comienzo a la operación. Atendiendo a las responsabilidades atribuidas a cada parte y miembro del equipo recogidas en el procedimiento, le corresponde al comandante de aeronave, valoradas todas las opciones, la responsabilidad para determinar la viabilidad de realizar la misión, o de no ejecutarla, llegado el momento de iniciar la misma en base a su criterio y a los niveles de seguridad que en ese momento se den.

Estipulada la preparación de la misión, la siguiente regulación es la que recoge todos los aspectos relacionados con la ejecución de esta. Hablamos, por un lado, de cada uno de los cometidos que tiene atribuidos la tripulación, desde el comandante de aeronave hasta los terceros tripulantes y/o tiradores (en este caso el término tirador hace referencia a los tiradores de las ametralladoras de autoprotección, si se instalan), así como los otorgados al equipo de tiradores de precisión que estará compuesto por el/los propios tiradores, el/los observadores y, el Jefe del equipo de tiradores o coordinador de fuego si se da el caso que el mismo va embarcado.


Un equipo de trabajo multidisciplinar como es el que se crea para llevar a cabo las misiones de tiro de precisión desde helicóptero, trabajando en un entorno reducido como es la aeronave, con ambiente muy ruidoso, ejecutando operaciones que pueden ser complejas, rápidas, agresivas y con elevados niveles de peligrosidad todo, desenvolviéndose en la tercera dimensión, está obligado a saber comunicarse de una forma concisa que permita identificar las órdenes y voces de forma clara y meridana evitando momentos de confusión o descoordinación. Para que esto sea así la norma concluirá este procedimiento específico recogiendo los tipos de comunicaciones y fraseología necesarias con los que interactuaran todos los componentes abordo, diferenciando entre aquellas que deban darse entre el comandante de aeronave y tiradores de precisión, y las necesarias entre estos últimos y resto de tripulación. Las comunicaciones y voces entre comandante de aeronave y tiradores se utilizarán fundamentalmente para marcar los estados de las armas y autorizar el fuego, avisar de los tiempos estimados hasta el objetivo y de las maniobras que se van a realizar. Mientras que las comunicaciones entre tiradores y resto de tripulación harán referencia a la localización, o no, del blanco por el observador o tirador, su ubicación y estado, a los tipos de maniobra requeridos para que este pueda realizar fuego sobre el objetivo, aviso para realizar fuego, a la situación del objetivo tras el disparo y en general, a todo lo concerniente con la actividad propia del tirador durante su cometido en la misión. Es en este punto donde toma toda su relevancia la frase que reza aquello de:

La efectividad del procedimiento se basa en la compenetración del equipo que lo pone en práctica.

 


Con esta nueva certificación se da un paso más en la mejora del trabajo conjunto que lleva a cabo el binomio helicópteros/operaciones especiales. Se adquiere una capacidad sobre una nueva aeronave que se incluirá en el manual específico de procedimientos que se ha de seguir desarrollando y perfeccionando para alcanzar los estándares deseados de operación e integración de una SOATU-RW (Special Operations Air Task Unit Rotary Wing en las misiones de operaciones especiales en las que se requiera la participación de nuestro Ejército de Tierra.

01 noviembre 2022

EJERCICIO SOFEX 22

 

Francisco Francés Torrontera, redactor, fotógrafo, freelance, Defensa, ejércitos, operaciones especiales, ejércitos, aeronáutica, helicópteros, fotografía, fotoperiodismo, reportajes, fotografía de conflictos,

Un año más se ha realizado el ejercicio SOFEX con el que se han desplegado Unidades de Operaciones Especiales de los dos Ejércitos y Armada acompañadas de sus estructuras de Mando para, durante los días 28 de septiembre a 7 de octubre ejecutar el supuesto táctico creado y planificado desde el Mando Conjunto de Operaciones Especiales (MCOE).

Durante este año 2022 estamos siendo testigos en primera persona y desde muy cerca como, una situación geopolítica que suponía una amenaza cambia en cuestión de horas su estatus para dejar de ser amenaza y convertirse en un conflicto armado.

Hablamos de la guerra en Ucrania que por sus características propias no se incluye dentro de los tipos de conflictos asimétricos que desde principios de este siglo se vienen sucediendo, pero que se une a estos como un nuevo agente de desestabilización para occidente.

Sean amenazas y conflictos asimétricos focalizados en zonas lejanas, o sean conflictos como el de Ucrania con una base fundamentalmente convencional, en la que reaparece la guerra de guerrillas y se le suma la utilización de las nuevas tecnologías como los UAV´s, lo que nos queda claro es que occidente, y Europa en concreto, han de estar más preparados de lo que están para poder hacer frente a las amenazas directas que se dan contra nuestros sistemas y modelos de vida.
Ucrania está sirviendo para darnos cuenta, sobre todo en el viejo continente, de las carencias y de las grandes dependencias y servidumbres que nuestros países sufren para con un país que, siendo vecino, se ha convertido de forma definitiva en una potencia hostil y enemiga.

Quedan manifiestas carencias en las capacidades de defensa que los países aliados creíamos tener cubiertas debido a una sobrevalorada sensación de seguridad que nos brindaba el paraguas de la OTAN. De igual forma, llevamos mucho tiempo “distraídos” mirando solamente hacia “afuera”, sin prestar la debida y necesaria atención al “adentro”, creyendo que amenazas directas y masivas como la de Rusia no podían ir más allá del papel en el que lo plasmaban diferentes informes de inteligencia.

A esto le sumamos las dependencias que han quedado descubiertas que nos hacen subordinados de quién se ha convertido en un enemigo común, que tiene en sus manos condicionar aspectos básicos para la subsistencia como son el suministro de las energías necesarias para nuestro día a día.

De la noche a la mañana nos hemos dado cuenta, o quizá más bien se ha puesto de manifiesto de una forma cruda y directa que formamos parte de un “Sistema” fallido con el que nos sentíamos seguros y totalmente ajenos a la realidad que se tejía a nuestro alrededor.

Llegados a este punto las preguntas lógicas son: ¿Cómo se ha podido llegar hasta esta situación? y, ¿Quiénes son los responsables de que esto sea así?.
La respuesta es clara, por lo menos para el que esto escribe. Pero como estas líneas no pretenden ser un análisis político de lo hecho en Europa durante los últimos cincuenta años, cada cual que saque sus conclusiones al respecto.

Se están removiendo pilares en todos los ámbitos de la política europea, por ser los más afectados directamente por esta situación geopolítica, así como también en la Alianza Atlántica cuyos socios están viendo cuán importante se torna cambiar de inmediato algunas directrices y “filosofías” de entendimiento de las políticas que, hasta ahora, marcaban el funcionamiento de la llamada “seguridad internacional de occidente". Y por supuesto, todos los socios “se han tenido que mirar el ombligo” para reconocer el grado de abandono en el que se han tenido algunas políticas e inversiones nacionales en Defensa, motivado quizá por ese falso sentimiento de seguridad perenne que tiene Europa desde mediados del siglo pasado con el que tan seguros y protegidos nos sentíamos bajo el “ala” de nuestro aliado norteamericano.  

Las esferas políticas internacionales trabajan para encontrar las soluciones que lleven a mitigar las consecuencias de esta nueva situación que afecta de forma directa a todos los estratos de la sociedad, a la vez que los responsables de nuestra seguridad, es decir, las Fuerzas Armadas (FFAA), se mantienen expectantes y a la espera de conocer cuales serán los cambios más significativos que se tienen que dar para disponer de los nuevos niveles de seguridad necesarios, y que estas habrán de proporcionar. Mientras tanto, los ejércitos siguen con su trabajo desplegando para atender sus compromisos y misiones internacionales, a la vez que en sus naciones cumplen con sus planes de instrucción y adiestramiento establecidos para conseguir y mantener sus capacidades operativas, ahora con más ahínco que nunca.

Como parte de estos planes de instrucción nuestras FFAA atienden y ejecutan sus propios programas de acuerdo con los objetivos de adiestramiento marcados por el Mando de Operaciones (MOPS) como autoridad superior y, en el caso que nos atañe en este texto, también los desarrollados por el MCOE como responsable de detallar aquellos aspectos y/o funciones en los que se ha de adiestrar a las Unidades de Operaciones Especiales.





Nos ha quedado claro que además de las amenazas asimétricas que desde principios de este siglo suponen un problema para con Occidente, a las que hay que seguir haciendo frente, ahora es necesario doblar esfuerzos a todos los niveles, incluido el militar por supuesto, para mantener la hegemonía, la estabilidad y la paz ante las pretensiones soberanistas de Rusia, y los conflictos convencionales de alta intensidad que han vuelto a surgir en el viejo continente.

Para ello nuestras FFAA deberán mantener y perfeccionar todas y cada una de las capacidades necesarias que lleven a este objetivo común de forma internacional, así como también de forma individual a nivel nacional. Y SOFFEX es una de las formas con las que poder evaluar a las unidades militares que desde hace ya algunos años más protagonismo están adquiriendo en los conflictos activos; hablamos de las Unidades de Operaciones Especiales. 

EJERCICIO SOFEX 
Para un ejercicio propio del MCOE como es el SOFEX, el EXCON (Exercice Control) o equipo de control del ejercicio desarrolla un planeamiento muy detallado que redacta en las llamadas MEL/MIL (Main Event List /Main Inject List) en las que se recogen todas las situaciones y eventos que tienen que ocurrir en cada momento de la ejecución del ejercicio para que se produzcan las reacciones necesarias. Esta MEL/MIL de eventos es un documento que se mantiene en secreto para que la dinámica del escenario sea desconocida para los participantes del adiestramiento.
Con las bases detalladas, SOFEX es dirigido y ejecutado por el MCOE como OSD (Officer Scheduling the Exercise) u Oficial de programación a través del EXCON que actúa como responsable final del planeamiento. El resultado de este planeamiento se recoge en el documento guía denominado EXPLAN en el que se incluye la documentación necesaria para la descripción del ejercicio, la situación particular dentro del escenario que genera el conflicto operativo, el procedimiento operativo, la inteligencia, comunicaciones y los planes necesarios para el despliegue de la fuerza, convirtiendo al EXPLAN en el corazón de la maniobra.

Como país socio de la Alianza, España está sujeto a normativas internacionales relacionadas con la formación e instrucción militar y a tal efecto, se ha trabajado la planificación, desarrollo y ejecución del SOFEX aplicando la BI-SC COLLECTIVE TRAINING AND EXERCISE DIRECTIVE (CT&ED) 075-003 donde su manual recoge los procedimientos para la planificación y ejecución de ejercicios OTAN. A esta directiva se le suman las específicas para el empleo de Unidades de Operaciones Especiales que, en su conjunto, forman las “guías” para la instrucción de los ejércitos aliados bajo procedimientos OTAN.

Todo lo descrito, sobre lo que se empieza a trabajar un año antes de materializarse sobre el terreno, da como resultado un ejercicio a nivel nacional del tipo Puesto de Mando o Command Post Exercise (CPX) y de despliegue de fuerzas (LIVEX) creado para ejercitar al MCOE y a las Unidades de Operaciones Especiales en el planeamiento, conducción y ejecución de operaciones especiales de alcance y duración limitadas en situaciones de interés nacional.


De igual forma SOFEX 22 se ha creado para mejorar la interoperabilidad conjunta de las capacidades de unidades de segundo y tercer nivel sobre un escenario localizado en las comunidades de La Rioja, Navarra y Aragón, requiriendo el apoyo de los niveles estratégicos y operacionales que dan como resultado unas células de respuesta, compuestas por personal que simula las acciones y decisiones desarrolladas en dichos niveles. Estos, interactúan con el MCOE y las Unidades de OE´s simulando los procesos de toma de decisiones y diseminación de información, debiendo ofrecer al MCOE la posibilidad de ejecutar el Mando y Control de las unidades asignadas y al mismo tiempo, plantear problemas operativos de ejecución en todos los ámbitos del ejercicio para que sean resueltos mediante el sistema militar de toma de decisiones.




SUPUESTO TÁCTICO 
En una península cercana al continente europeo formada por tres países, el régimen autoritario de Venogal, una de estas tres naciones que se encuentra inmersa en una grave crisis económica y que mantiene una dura represión interna sobre cualquier oposición al gobierno, ha puesto en marcha una política de expropiación de intereses y empresas de capital extranjero, entre las que se encuentran compañías del país vecino Guyasilam. Al mismo tiempo, el gobierno tirano apoyado por grupos paramilitares y terroristas ha iniciado diferentes acciones a lo largo de la línea fronteriza con Guyasilam, con los que pretende el control y explotación de los recursos naturales localizados a lo largo de la línea divisoria de ambos países. Como resultado, se han empezado a registrar ataques contra las fuerzas armadas y policiales de Guyasilam posicionadas en la frontera cuya frecuencia va en aumento, habiendo provocado ya varios heridos. Además se ha producido el secuestro en territorio de Venogal de diferentes nacionales de Guyasilam a manos del grupo terrorista colaboracionista del gobierno tirano. Esta situación, que está generando un entorno geopolítico de gran inestabilidad afecta también a Medocia, tercer país que forma la península y que mantiene una relación de amistad con Guyasilam ambos, países desarrollados y con amplias relaciones e intereses internacionales.

Con la intención de mantener la seguridad fronteriza, los intereses y soberanía nacional de Guyasilam y restablecer la situación, ambos países amigos han firmado un acuerdo de cooperación amparado por resoluciones de Naciones Unidas, pero en un marco estrictamente unilateral entre ambos, mediante el cual Medocia desplegará una fuerza militar conjunta sobre suelo de Guyasilam como medida de disuasión ante las amenazas y pretensiones de Venogal.


En base a este supuesto, el escenario sobre el que se ha trabajado en SOFEX da como resultado la planificación y ejecución de diferentes operaciones destinadas a desplegar fuerzas de Operaciones Especiales de Medocia en Guyasilam bajo el amparo de los acuerdos firmados entre ambos países. Dichas unidades, se pretende sean utilizadas en la ejecución de misiones de extracción de personal nacional residente en territorio enemigo ante el inminente peligro de atentados en su contra, en operaciones de inserción de equipos de reconocimiento especial para la obtención de inteligencia de fuentes humanas o HUMINT (Humman Inteligence) sobre las células terroristas y, por último, para el rescate de los rehenes nacionales secuestrados por el grupo terrorista al amparo de gobierno de Venogal. Todo ello atendiendo, dentro de la simulación pero de forma totalmente funcional, a los condicionantes que se crean en una situación como la descrita en la que el peso de la política, las estrategias a seguir, el empleo de la Fuerza al más alto nivel, la integración y maximización de los recursos aportados por el país al que se apoya y los problemas operativos, generan complejas situaciones que hacen que se requiere también el más alto nivel de Mando, planificación y ejecución de toda la estructura y organización.





Con el Puesto de Mando o SOCC (Special Operations Command Center) establecido en la Base de Retamares en Madrid donde se ubican las instalaciones del MCOE, y una base avanzada de operaciones o FOB (Forward Operating Base) establecida en el acuartelamiento riojano “Héroes del Revellín” del Ejército de Tierra, SOFEX 22 ha desplegado el conjunto de fuerzas con el que se ha creado un Grupo de Tareas de OE´s (SOTG) bajo Mando del teniente coronel jefe de la Fuerza de Guerra Naval Especial (FGNE). Este SOTG se ha compuesto de tres Unidades Operativas de OE´s SOTUS (Special Operations Task Unit) en base a la Unidad de Operaciones Especiales (UOE) del Mando de Operaciones Especiales (MOE) del Ejército de Tierra, al Sexto Estol de la Fuerza de Guerra Naval Especial (FGNE) de la Armada, y un Equipo de Operativa Aérea de Operaciones Especiales e Integración Aire/Suelo del Escuadrón de Zapadores Paracaidistas (EZAPAC) del Ejército del Aire y del Espacio. Junto a estas tres SOTUS una SOATU-RW (Special Operations Air Task Unit Rotary Wing) compuesta por helicópteros SH-60 Sea Hawk de la Décima escuadrilla de Aeronaves de la Armada, y helicópteros NH-90 Caimán del Batallón de Helicópteros de Maniobra III de las Fuerzas Aeromóviles del Ejército de Tierra.
Apoyando a la fuerza han participado también el Mando Conjunto de Ciber Espacio encargado de la supervisión de la implantación del plan de comunicaciones y sistemas de información (CIS), y el Centro de Sistemas y tecnologías de la Información y las comunicaciones (CESTIC).





El ejercicio se ha compuesto de tres fases diferenciadas donde, la primera ha trabajado el adiestramiento individual y colectivo de las SOTUS, la segunda ha trabajado el planeamiento operativo de las operaciones, y la tercera ha sido la fase de ejecución propiamente dicha. Para ello se proyecta la fuerza con la ejecución del planeamiento y adiestramiento conjunto, se lanzan las operaciones/misiones y se procede al repliegue para finalizar la parte operativa sobre el terreno.
Es en esta fase de ejecución donde se han llevado a cabo las operaciones principales de la fuerza, por un lado, la inserción de un equipo de reconocimiento especial sobre territorio enemigo para la recopilación de inteligencia, por otro la ejecución de una acción directa también sobre territorio enemigo para la neutralización de una célula del grupo terrorista amparado por Venogal, y por último una segunda operación de alto riesgo o HRO (Hostage Release Operation) sobre territorio enemigo para el rescate de dos rehenes nacionales de Guyasilam secuestrados por el mismo grupo terrorista.







Con la ejecución de este ejercicio, un año más se instruyen y trabajan de forma conjunta las Unidades de Operaciones Especiales de los dos Ejércitos y de la Armada en todas sus estructuras y niveles, para continuar aportando a nuestras FFAA y a la estructura militar internacional, en base a nuestros compromisos como nación aliada, unas capacidades sumamente especializadas y altamente demandadas con las que hacer frente a cuantas amenazas se presentan hoy en día, ya sean de carácter asimétrico, o sean de carácter convencional. 

 

Comandante del MCOE, G.B de Infantería de Marina Ángel. R. Herrezuelo:

 “El SOFEX es una oportunidad muy valiosa para el MCOE ya que, en primer lugar, impulsa el adiestramiento en el planeamiento y conducción de misiones de Operaciones Especiales limitadas en el tiempo, con participación real de fuerzas desplegadas sobre el terreno. Me permite adiestrar a mi Estado Mayor en el manejo de herramientas de mando y control en tareas de asesoramiento, planeamiento y conducción de operaciones, capacitándonos para la exigente transformación del MCOE en un Mando Componente de Operaciones Especiales (SOCC) cuando sea necesario, utilizando las infraestructuras y medios actualmente disponibles e implementando un ritmo de batalla exigente, enfocado al cumplimiento de la misión.

En segundo lugar, pero no por ello menos importante, me permite, como Comandante del MCOE, fomentar la interoperabilidad y las capacidades de operaciones especiales, así como la puesta en común de tácticas, técnicas y procedimientos para llevar a cabo las misiones encomendadas, mediante la participación conjunta de las UOE de los Ejércitos y la Armada, junto a otras unidades de apoyo, específicamente  adiestradas para dicho rol de OE, como aeronaves y medios de obtención de inteligencia, entre otros.”